Es alarmante la cifra registrada de hambrientos en el mundo desde 1970, ya que se superó el umbral histórico de los 1000 millones de hombres, mujeres y niños con hambre.
El pasado 16 de Octubre, se celebro en el mundo el día internacional de la alimentación, pero también paradójicamente el día 30 del mismo mes se celebrará el día del hambre. El drama es de tal magnitud que ya no puede ser silenciada por las grandes cadenas de información, pues forma parte de la crisis sistémica del capitalismo. Una crisis multidimencional, integral y civilizacional.
Digo esto porque realmente la crisis que comenzó en las economías de los países “ricos” ha afectado a las naciones “pobres”, pero es que dicha afectación ya a tocado a los ciudadanos directamente, países como, Guatemala, Haití y Honduras están en alerta alimentaría. Mientras los auxilios financieros a los principales bancos de los Estados Unidos sobrepasan los 700.000 millones de dólares, las instituciones de las Naciones Unidas para el área alimentaría solo requerirían de 3.000, millones de dólares para afrontar el problema.
La producción de biocombustibles, y la distribución no equitativa de los alimentos es una de las principales causas, pues hay sobre producción de alimentos, el problema es quien tiene el poder sobre los mismos.
El hambre afecta actualmente a 1020 millones de personas, según los últimos informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación (FAO) ninguna nación escapa a esta realidad. Pero como siempre son las naciones más pobres del mundo las que sufren en mayor grado los embates de la hambruna.
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